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domingo, 10 de mayo de 2009
La Baja Edad Media
Los visigodos
Nuestro viaje por la historia podría comenzar cuando el Imperio Romano cae (año 476 d.C.). Los romanos eran un pueblo muy poderoso pero llegó un momento en el que empezaron a perder poco a poco todos sus territorios. Las gentes de unos pueblos que vivían en el Norte de Europa y a los que los romanos llamaban bárbaros, invadieron el Imperio Romano y fueron creando sus propios reinos independientes.
A partir de ese momento ocurre en Europa un largo período de mil años conocido como Edad Media. Durante esos largos años la inseguridad creada por la frecuente invasión de los pueblos bárbaros, el hambre, y el derrumbamiento del Imperio Romano hizo que las personas se fueran al campo, donde vivían dedicadas principalmente a la agricultura. Mientras tanto, las ciudades se iban vaciando de personas hasta el punto de que algunas de ellas desaparecieron.
La Península Ibérica, Hispania, fue invadida por varios pueblos bárbaros (de origen germánico) a partir del año 410. Los suevos, los alanos y los vándalos, antes que los visigodos, todos pasaron por aquí, saqueando y destruyendo.
Como veremos, finalmente fueron los visigodos los que se quedaron y fundaron un nuevo reino, el reino visigodo de Hispania, que existió hasta la invasión musulmana del siglo VIII d.C.
La Península Ibérica, al igual que los demás territorios del Imperio Romano, sufrió diversas invasiones de los pueblos del Norte de Europa, siendo conquistada finalmente por los visigodos, quienes crearon un poderoso reino que duraría más de 250 años, hasta el año 711, cuando la invasión musulmana lo hizo desaparecer.
Estos nuevos hispanos eran grande guerreros, pero muy primitivos. Fueron aprendiendo de los hispanorromanos y acabaron hablando el latín y practicando el cristianismo, que era la religión de los que vivían en la Península ante de que ellos llegaran.
Hacia el siglo V d.C. (después de Cristo) los visigodos eran ya un pueblo romanizado, que se consideraba a si mismo heredero de la antigua Roma. Toledo fue su capital.
A lo largo de los años debieron guerrear con diferentes enemigos, entre ellos los pastores cántabro-pirenaicos del Norte, los bizantinos, que habían llegado de un lejano imperio, por el Sur, y finalmente los árabes, quienes los invadieron en el año 711.
Los visigodos crearon el primer reino peninsular independiente y unido, desde los Pirineos hasta Gibraltar.
En el reino visigodo una minoría tenía el poder, y basaba su fuerza en el ejército y en los jefes militares. Los reyes eran elegidos, y la elección de cada nuevo rey traía luchas sangrientas entre clanes y familias que se peleaban por el poder.
Desde el siglo VI al IX d.C. la Bética (territorio incluido en la actual Comunidad Autónoma de Andalucía), parte del reino de los visigodos, constituyó una excepción en Europa. A diferencia del resto, que poco a poco se dividió en pequeños territorios en constante guerra y dedicados básicamente a la agricultura, la Bética conservó su cultura urbana y sus conexiones comerciales y culturales en la zona mediterránea.
domingo, 3 de mayo de 2009
Emirato de Córdoba
Tras la rápida conquista musulmana de la Península ibérica (711 - 718), esta se constituye como provincia dependiente del Califato de Damasco. Sus gobernantes fijaron su capital en Córdoba y recibieron del Califa de Damasco el título de valí o emir.
En aquél momento la población musulmana peninsular estaba formada por árabes instalados en las ciudades, bereberes radicados en las zonas rurales y sirios, que habían formado las primeras fuerzas invasoras. Estas etnias se enfrentaron entre sí para hacerse con el mayor número de tierras y sumió a la península en una endémica guerra civil hasta la aparición de Abd al-Rahman I.
En 750, los abasíes derrocan a los omeyas en el poder del Califato de Damasco y ordenan el asesinato de todos sus miembros. Seis años más tarde, en 756, Abd al-Rahman I -que había escapado del destino de los omeyas logrando huir Damasco- desembarca en Al-Ándalus se proclama emir tras conquistar Córdoba y, en 773, se independiza de la nueva capital abasí, Bagdad. Esta independencia es política y administrativa pero se mantiene la unidad espiritual y moral al continuar el vínculo religioso con el califa abasí.
Sin embargo, el verdadero organizador del emirato independiente fue Abd al-Rahman II, quien delegó los poderes en manos de los visires y logró una islamización muy rápida de la península, reduciendo considerablemente el número de cristianos en territorio musulmán (llamados mozárabes o dhimmis)
Las disputas entre árabes y beréberes no cesaron tras la proclamación del emirato independiente, lo que permitió la reorganización de los reinos cristianos en el norte, dando inicio a la Reconquista, alentada por la política pro-árabe mantenida por la dinastía omeya, lo que provocó numerosas sublevaciones protagonizadas por muladíes, que llegaron a poner en peligro la existencia misma del emirato.
A la llegada al trono de Abd al-Rahman III en 912, la decadencia política del emirato era un hecho. Para imponer su autoridad y terminar con las sublevaciones y conflictos que arrasaban la península se proclamó califa en 929 dando origen al Califato de Córdoba.
Emires independientes de Córdoba [editar]
Nº de orden | Nombre | Años en el poder |
1 | Abderramán I | |
2 | Hisham I | |
3 | Alhakén I | |
4 | Abderramán II | |
5 | Mohamed I | |
6 | Almundir | |
7 | Abd Alláh | |
8 | Abderramán III |
Historia antigua en Andalucía
En la Bética nacieron algunos personajes muy importantes del imperio, como los emperadores Trajano y Adriano, el filósofo Séneca y el escritor Lucano.
Con los romanos aumentaron su tamaño o se fundaron las primeras grandes ciudades de Andalucía. Además de Cádiz (Gades) o Málaga (Malaca) que ya existían fundaron otras como Itálica (junto a Santiponce, en Sevilla), Sevilla (Hispalis), Écija (Astigi) o Córdoba (Corduba) que era la capital de la Bética.
Construyeron templos y vías o calzadas de las que aún quedan restos. Los puentes fueron muy resistentes. Muchos perduran aún, como el de Córdoba y Utrera. También quedan restos de anfiteatros en Cádiz, Carmona y otros lugares. El acueducto de Nerja es uno de los que mejor se conserva.
La Bética se convirtió en una zona muy próspera pues los romanos supieron aprovechar bien sus recursos.
Seguro que has comido alguna vez bacalao o incluso sardinas-arenques que se compran saladas en las tiendas. Bien, pues esta técnica de conservar el pescado por más tiempo añadiéndole sal la inventaron las personas que vivieron en la Edad Antigua. Hoy seguimos haciéndolo igual.
El pescado lo salaban en las fábricas de salazón, como la que había en Almuñécar, en la provincia de Granada, a la que continuaron llamando Sexi. Después exportaban el pescado, es decir, se llevaba a muchos lugares del imperio, algunos muy lejanos, en donde lo podían consumir sin que se alterara.
jueves, 30 de abril de 2009
Período de las Guerra Púnicas
PRIMERA GUERRA PÚNICA 264-241 a.C.
El desencadenante de la primera guerra púnica lo encontramos, en la luchas continuas por la posesión de la isla de Sicilia. En el año 264 a.C. la isla se encontraba dividida entre cartagineses, siracusanos y mamertinos. Siendo los mamertinos atacados y derrotados por los siracusanos, le ofrecieron la plaza de Mesina.
Los cartagineses, mandados por Aníbal, veían peligrar sus intereses, por lo que se opusieron a esta entrega y ocuparon la ciudad, lo que provocó que los mamertinos, recurrieran con petición de auxilio, a sus vecinos los romanos, que obtuvieron así, el pretexto de iniciar sus conquistas en el Mediterráneo y norte de Africa.
Mandó el Senado romano a Apio Claudio con sus legiones a Sicilia, que después de dos intentos, burló la escuadra cartaginesa y llegó a la ciudad de Mesina.
Vencieron definitivamente a los cartagineses. Con la posterior toma de la ciudad de Agrigento, la isla excepto algunas plazas costeras, pasa a poder de los romanos.
Viendo la necesidad de conseguir supremacía marítima sobre los cartagineses, los romanos prepararon una gran escuadra, que obtuvo su primera victoria en las islas Eolias, siguiendo con las conquistas de Cerdeña, Córcega, Malta y Lípari.
Al observar Régulo la fragilidad de Cartago inició la conquista del norte de Africa, después de obtener una gran victoria naval en Ecnomo. Viendo el peligro que se le cernía, Cartago solicitó la paz que fue denegada por los romanos. Ante el inminente peligro, los cartagineses pidieron ayuda al general espartano Jantipo, que consiguió derrotar a Régulo en Clipea y durante cierto tiempo tornar la suerte de la guerra en favor de Cartago.
Después de algunas victorias cartaginesas, los romanos consiguieron nuevamente conquistar Sicilia, a excepción de alguna plaza, que fueron defendidas con audacia por Amilcar Barca.
Pero la falta de hombres y dinero para pagar a sus mercenarios, obligaron a Cartago a firmar una paz de condiciones durísimas.
SEGUNDA GUERRA PÚNICA 218-201 a.C.
La segunda guerra púnica fue provocada por los cartagineses, que buscaban el desquite de la derrota anterior, dirigidos por la familia de los Barca.
Desde la colonia fenicia de Gadir (Cádiz), Amílcar Barca comenzó la conquista de la Península ibérica, donde esperaba encontrar oro y plata y, sobre todo, buenos soldados.
Su hijo Aníbal, al intentar dominar el litoral mediterráneo, sitió y conquistó Sagunto, ciudad aliada de Roma, con lo que provocó la segunda guerra púnica.
La guerra tuvo unos inicios muy espectaculares: Aníbal, que era un magnífico general, intentó vencer a los romanos en su propio terreno mediante una guerra rápida.
Salió de Cartago Nova (actual Cartagena) en abril del año 218 a.C. y con un ejército de cincuenta mil hombres atravesó los Pirineos, remontó el Ródano, cruzó los Alpes y apareció en el valle del Po, cuando los romanos todavía le esperaban en la costa, por donde creían que intentaría pasar.
Después de varias victorias, Aníbal se fue acercando a Roma. Los romanos le hicieron frente en Cannas y sufrieron una grave derrota. Roma parecía perdida sin remedio, pero Aníbal no se atrevió a lanzarse inmediatamente contra la capital, a causa del cansancio y las pérdidas de su ejército.
Esta tregua fue aprovechada por los romanos para rehacerse, impidiendo la conquista de Roma y enviando un ejército a Hispania, para evitar que Aníbal recibiera refuerzos desde allí.
Enviaron otro ejército contra Cartago, por lo que Aníbal tuvo que abandonar Italia para defender su ciudad, siendo vencido por Escipión en Zama (202 a.C.), con lo que Cartago perdió su poderío.
Pasa medio siglo en el que Cartago vuelve a recuperar parte de su antiguo esplendor y por consiguiente, vuelve a generar el recelo de los romanos
Desembarcado el ejército romano en Utica se entrevista con los representantes cartagineses que ceden ante las imposiciones romanas y entregan sus armas.
Viendo Marco Ceaseronio desarmados a los cartagineses, ordenó el abandono de Cartago por sus habitantes para proceder a la verdadera intención de Roma, que no era otra que la destrucción total de la ciudad. Sintiéndose engañados los cartagineses, se alzan en armas.
TERCERA GUERRA PÚNICA 149-146 a.C.
Comienza la tercera guerra púnica, que se limita a la heroica defensa de la ciudad de Cartago entre los años 149 al 146 a.C. y en la que Roma no consigue doblegar la resistencia de los cartagineses y no les queda más recurso que mandar a su general más destacado, Publio Cornelio Escipión Emiliano.
En el año 146 a.C. Escipión toma Néferis y cerca definitivamente Cartago, iniciando posteriormente, el último asalto a la ciudad.
Tartessos
TARTESSOS: LA FORMACIÓN DEL PRIMER ESTADO INDEPENDIENTE ANDALUZ
Todo el largo proceso evolutivo en las culturas prehistóricas andaluzas culminará con Tartessos allá por el 1200 a.d.e.
Tartessos fue el primer organismo socio-político que supo aglutinar en forma de Estado antiguo a todas las formaciones históricas de Andalucía, en la primera demarcación política y social común dentro de un mismo espacio geográfico.
Tartessos era un ente a nivel geo-político perfectamente definido, en el que existía un Estado como organización social y de poder, con forma de Monarquía, con una gran proyección económica en todo el Mediterráneo.
Se puede considerar como el más antiguo Estado del Occidente pre-romano con una sociedad fuertemente organizada y con un gran desarrollo económico y cultural.
Durante largo tiempo fueron múltiples los lazos (no exentos de contradicciones y crisis) que este primer estado independiente de la Andalucía antigua mantuvo con los diversos pueblos del área mediterránea: fenicios, focenses, cretenses, etc. De la importante civilización tartésica dan fe los yacimientos arqueológicos de Mesa de Asta (Jerez), los del Cerro del Carambolo (Sevilla), Cabezo de la Joya (Huelva), etc., y las numerosas referencias en escritos de los antiguos griegos y romanos.
Tartessos estuvo abierto indudablemente a influencias orientalizantes pero supo adaptarlas sabiamente a su propia idiosincrasia.
Se puede afirmar que Andalucía, tanto en su prehistoria como en su proto-historia, mantiene una personalidad propia específica que la diferencia tanto de las culturas y pueblos del norte de África y Oriente Próximo, como del resto de la Península Ibérica y Europa.
jueves, 23 de abril de 2009
Guerra Civil en Andalucía
Almería fue el mayor refugio de la Guerra Civil en Andalucía
La Guerra Civil constituyó un acontecimiento histórico que marcó, de forma indeleble, el siglo XX. Aquel conflicto fratricida tuvo en Andalucía uno de sus principales focos, no sólo por el enfrentamiento entre defensores de la República y partidarios de la sublevación militar, sino por cuanto Sevilla se convirtió en la más importante base de operaciones del ejército franquista durante los primeros meses de guerra. Junto a ello también es reseñable el hecho de que en tierras andaluzas, más concretamente en Almería, se situasen algunos de los últimos focos de resistencia republicana antes de acabar la lucha
La Guerra Civil de 1936–1939 constituyó un acontecimiento histórico que marcó, de forma indeleble, el siglo XX. Aquel conflicto fratricida tuvo en Andalucía uno de sus principales focos, no sólo por el enfrentamiento entre defensores de la República y partidarios de la sublevación militar, sino por cuanto Sevilla se convirtió en la más importante base de operaciones del ejército franquista durante los primeros meses de guerra, cuya repercusión militar fue decisiva. Junto a ello, el hecho de que en tierras andaluzas, más concretamente en Almería, se situasen algunos de los últimos focos de resistencia republicana antes de acabar la lucha.
Los magnicidios de Blas Infante y de García Lorca pusieron de relieve hasta dónde llegaba el enfrentamiento entre los bandos contendientes, y junto a sus muertes, la de miles de personas que perdieron la vida a manos de sus enemigos, víctimas de venganzas, odios o rencillas personales. También los años siguientes a 1939 se vivieron como una prolongación de la guerra como consecuencia de la grave represión ejercida por los vencedores.
Coordinado por el profesor Juan Antonio Lacomba, los lectores de Andalucía en la Historia podrán acercarse, de la mano de prestigiosos especialistas, a variados aspectos de cómo se vivió aquel triste episodio en tierras andaluzas.
Nuestro perfil biográfico está dedicado a uno de los grandes políticos del siglo XIX: Nicolás Salmerón Alonso, ilustre almeriense que ejerció como presidente de la I República y como uno de los intelectuales de mayor fuste de esa centuria. Su figura es estudiada por Fernando Martínez López. El estudio del patrimonio artístico está dedicado, en esta ocasión, a las murallas de Niebla (Huelva), realizado por Francisco Gómez Toscano. En Niebla se halla uno de los recintos amurallados andaluces mejor conservados y de mayor valor histórico relacionado con la época musulmana.
Los artículos que configuran el conjunto de este número van desde el estudio de los templarios en Andalucía hecho por Juan Eslava Galán, hasta el análisis de una época tan agitada como fue el sexenio revolucionario (1868–1874) en la ciudad de Linares, por López Villarejo.
Asimismo, conoceremos, a través de la pluma de Jesús Maeso, la presencia de los fenicios en las Columnas de Hércules o el drama vivido por los jesuitas, al ser expulsados de Andalucía bajo el reinado de Carlos III, estudiado por Soto Antuñedo. También el lector se encontrará con la historia, ya centenaria, del observatorio astronómico de Cartuja, en Granada, pionero en investigación y procesamiento de datos durante mucho tiempo, abordado por el profesor Piñar Santos. Por su parte, Antonio Llaguno nos presentará las andanzas de un conquistador andaluz en pleno corazón de África: Yuder Pachá.
http://www.youtube.com/watch?v=g8bpSYXKsuA
lunes, 23 de marzo de 2009
Luque
En los alrededores de Luque son numerosas las cuevas y covachas en las que queda constancia de la vida humana en estas tierras desde época muy temprana:
Cabe destacar en época ibérica los importantes yacimientos arqueológicos de la zona, destacando sobre todos ellos el del Cerro de
La gran mayoría de estos yacimientos serán utilizados por los romanos con posterioridad, dotándolos de todas las infraestructuras propias del mundo romano; aparte de las anteriormente citadas destacan los yacimientos de Los Cautivos (con un recinto fortificado), el recinto fortificado del Cerro de San Antón y las murallas ciclópeas del Cerrillo de
Estos yacimientos, juntos con otros de menor importancia, en los que no me detengo, dan cuenta del importante patrimonio arqueológico con que cuenta Luque.
La primera noticia de su fortaleza durante el período musulmán parte de los años 908-909 cuando al relatar Ibn Hayyan una sublevación hace referencia a él.
También consta la utilización de sus canteras para la construcción de la mezquita Aljama de Abderramán III en Córdoba.
Durante la dominación musulmana, la villa perteneció a la cora de Cabra, y será hasta las invasiones del siglo XI cuando de vincule a Córdoba.
La villa fue reconquistada por Fernando III el Santo entre febrero de 1240 y marzo de 1241, espacio de tiempo que pasó el monarca por estas tierras (así consta en
Tradicionalmente Luque ha sido una villa en la que ha predominado el sector primario, en el que destaca el laboreo del campo (López Ontiveros). La importancia que adquiere la religión queda constatada al contemplar el rico patrimonio religioso con que cuenta el pueblo.
El siglo XIX conlleva la modernización del pueblo, al dotarlo de ciertas infraestructuras: traída de aguas potables, alumbrado público, el ferrocarril, etc
Cueva de los Murciélagos en Zuheros
Situada en el término municipal de Zuheros, a unos 980 metros sobre el nivel del mar, esta cueva - más bien una diaclasa - ofrece dos entradas, denominadas Cueva Grande y Cueva Chica. La entrada de la primera da paso a un amplio Vestíbulo por el que se accede a una serie de corredores, entre ellos el Corredor de las Pinturas que desemboca en la Sala de las Formaciones, de gran belleza por las estalactitas y las estalagmitas que contiene. Desde aquí se pasa a otra sala también con espeleotemas, la Sala del Órgano, volviendo a estrecharse el recorrido hasta llegar a la Sala del Fémur, que da paso a otro corredor por el que se llega a la Sala de la Celosía o de la Campana y, más adelante, a la Sala de los Estratos, encontrándose ésta a pocos metros de la salida, por la Cueva Chica.
La cueva tiene un recorrido que supera los dos kilómetros, aunque la zona visitable es sólo de 450 metros (aproximadamente un 25 % del total), con más de 700 escalones y una profundidad de 63 metros visitables. La temperatura media es de 9º C, aunque en la entrada de Cueva Chica llega a alcanzar los 4º C.
La primera noticia escrita de la cueva data de 1868, pero no se explorará hasta 1938. Esta cueva es conocida en todo el mundo por sus pinturas y por el importantísimo yacimiento arqueológico que contiene, habiéndose realizado en ella varias excavaciones que han puesto de manifiesto el valor que tiene esta cueva para el conocimiento del Neolítico. Pero antes de este período la cueva fue ocupada durante el Paleolítico Medio, hace más de 35.000 años, por el Hombre de Neanderthal, dejando en el interior restos de su industria lítica, llamada Musteriense, y de los animales cazados. A continuación, también se documenta en la cueva una ocupación por el Homo Sapiens Sapiens, anatómicamente moderno, durante el denominado Paleolítico Superior (30.000-9.000 a. C.). Además de útiles líticos (hojitas de dorso, microgravettes,…), se han localizado en las paredes de la zona del Vestíbulo figuras grabadas de diferentes animales, formas indeterminadas y un considerable número de trazos.
El Neolítico es la etapa de la Prehistoria en la que el hombre cambia de economía; de cazador y recolector pasa a cultivar cereales y a criar animales domésticos, aunque no por ello abandona la caza y la recogida de frutos y bayas silvestres. Gracias a las últimas excavaciones realizadas desde 1990, hoy podemos reconstruir la vida del grupo humano que se estableció aquí entre el VIº y IVº milenios a. C. Este grupo, aunque frecuentaba toda la cueva, vivía cerca de la entrada, donde les llegaba la luz del día, encendiendo candelas para calentarse, preparar sus alimentos o almacenarlos en fosas circulares excavadas en el suelo. En estos lugares elaboraban los útiles de los que se servían en sus actividades cotidianas: hojas de sílex para cortar, útiles de hueso para trabajar el cuero; modelaban el barro para hacer vasijas, algunas bellamente decoradas como la cerámica a la almagra, denominada así por estar cubierta su superficie de un pigmento rojo, el almagre. También hacían objetos para su adorno personal: brazaletes, colgantes de conchas y caracoles marinos, etc.
Su dieta alimenticia la conocemos por los restos de trigo y cebada carbonizados y por los huesos de los animales, salvajes y domésticos, encontrados. Una vez recogido el cereal, parte se guardaba como semilla y el resto se tostaba y se iba consumiendo a lo largo de todo el año, triturándolo en molinos de piedra. La carne la tenían asegurada con los animales domésticos que criaban, pero cazaban animales salvajes, como ciervos, osos, jabalíes, etc. y recolectaban bellotas, aceitunas de acebuche, etc.
La cueva tiene gran importancia también por las pinturas que hay en algunas de sus paredes. Destacan las representaciones de cabras, muy esquematizadas pero muy claras, siendo únicas en la actualidad, ya que no hay otras parecidas a éstas, la figura de un ídolo oculado y varias figuras humanas, siendo todas pintadas durante el Neolítico (6.000-3.000 a. C.) y el Calcolítico (3.000-2.000 a. C.).
En el fondo de la Sala de las Formaciones se conserva, además un enterramiento del neolítico. El cadáver pertenece a un individuo masculino que fue depositado cuidadosamente en un gour (antiguo charco) y aparece tendido boca arriba de cintura hacia el cráneo, mientras que las piernas fueron flexionadas hacia la derecha.
De manera que la Cueva de los Murciélagos de Zuheros contiene uno de los yacimientos más completos del Neolítico, habiendo proporcionado restos de otras culturas Prehistóricas más recientes (Edad del Cobre o Calcolítico y Edad del Bronce) e Históricas (época romana). Además, destaca por la belleza indescriptible de alguna de sus salas, con gran cantidad de estalactitas, estalagmitas, gours, etc.
Es responsabilidad de todos cuidar de esta maravilla de la Naturaleza y de este magnífico yacimiento arqueológico, de modo que no destrocemos en un segundo aquello que ha necesitado miles de milenios para formarse y lo que se ha conservado durante siglos.